Si quieres que tu orquídea dure para siempre y florezca varias veces al año, ¡sigue leyendo! Cuidar de ella será sencillo si pones en práctica un par de consejos. Así, la ayudarás a crecer sana, fuerte y, por supuesto, hermosa.
Antes que nada, dedícate a conocer a tu nueva amiga. Cuando se regala una orquídea, la maceta trae consigo una etiqueta con el nombre de la especie. Si la tuya no lo incluye, pregunta por él en tu floristería de confianza. Las orquídeas son una familia numerosa con casi 30.000 especies distintas, y algunas de ellas podrían requerir cuidados específicos.
Sin embargo, esta flor es bastante fácil de cuidar, en especial en espacios interiores. Los requisitos básicos de mantenimiento se centran, principalmente, en la cantidad de luz solar que reciben y en generar un grado de humedad óptimo para su crecimiento. Por ello, deberás pensar muy bien dónde colocar tu orquídea dentro de casa.
El lugar ideal será uno que posea buena iluminación natural y que esté lejos del impacto directo del sol. Prueba con un rincón no muy cercano a tus ventanas. Al llegar el verano, no te olvides de mover la maceta hacia el interior para que no se marchite por el aumento abrupto de la temperatura.
Abre las ventanas cada cierto tiempo en el día para que la orquídea se ventile. A este tipo de plantas no les favorecen los ambientes muy cerrados, así que lo mejor será situarla cerca de una entrada de aire constante o ventilarla a ratos. Si cuentas con sistemas de climatización, ajústalos a una temperatura entre los 16° C y 22° C.
El segundo consejo tiene que ver con la maceta. Muchas orquídeas son epífitas y se plantan en macetas alargadas y no muy profundas, ya que la raíz necesita estar en contacto con al aire. Una hidro jardinera podría ser una excelente elección, siempre que permita ajustar el grado de humedad del sustrato.
Si deseas que tu planta siga creciendo para siempre, trasplántala a otro tiesto de mayor tamaño cuando la raíz crezca lo suficiente. Para un aspecto más salvaje, ¡prueba plantarla encima de un tronco! Algunas tiendas tienen modelos naturales preciosos que quedarán espléndidos dentro de cualquier habitación.
Para mantener a la orquídea hidratada, no es necesario regarla a diario, porque un grado de humedad excesivo la convertiría en presa fácil de hongos u orugas. Si tienes un sistema de riego por goteo o jardineras con autorriego, gradúa la humedad entre un 50 a un 75 %, no más de eso. Si prefieres el riego manual, hazlo cada diez días y sin mojar las hojas.
En vez de regarla, puedes decantarte por la opción de poner la raíz en remojo por un tiempo. Para hacerlo, tendrás que sumergir las raíces de la orquídea en un recipiente bajo con agua hasta que veas que ya no aparecen burbujas. Luego, ponla a escurrir. Esto hará que se oxigene y favorecerá su floración. No repitas este procedimiento más de una o dos veces al mes.
En los días más calurosos del año -primavera y verano- aumenta la frecuencia de riego a dos veces por semana. Asegúrate de que el sustrato esté siempre seco antes de regarla. Limpia las hojas con un paño ligeramente húmedo y sécalas de inmediato.
Las orquídeas, como todas las plantas, necesitan nutrirse. Puedes usar algunos abonos comerciales en el sustrato o hacer el tuyo con compostaje. Pero lo que sí no puede faltarte es un buen fitosanitario.
Recuerda que las orquídeas son delicadas ante la aparición de hongos, babosas y caracoles. Así que, para controlar a estas plagas y mantener la salud de la planta, es importante que le apliques un fungicida, un aceite insecticida y un producto antilimacos y anti-caracoles. Los hay en diferentes formatos: aerosol, cápsulas, etc. Escoge el más cómodo para ti o pregunta en tu floristería de confianza cuál es el más adecuado según la especie que tengas.
A pesar de que utilices fitosanitarios de calidad, ¡no bajes la guardia! Échale un vistazo de vez en cuando a las hojas de la planta y al sustrato. Si observas hoyos en las hojas o caracoles cerca del tiesto, busca atención especializada.
Verás que con estos consejos tu orquídea estará perfecta por mucho tiempo, quizás para siempre. Si quieres regalarle una de tus flores a algún amigo, hazle una pequeña tarjeta que incluya sus cuidados básicos. Esto se acostumbra a hacer cuando se regala una planta con cariño.
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