Huertos en el jardín frontal, en la terraza, en el patio trasero
Llegar a casa y encontrarnos con nuestras propias cosechas es gratificante; y más satisfactorio aun es emplear tiempo en el cultivo nuestro huerto. Un jardín, un patio, una terraza son oportunidades maravillosas para hacer que germinen las legumbres y hortalizas. La influencia en nuestro estilo de vida y los beneficios para nuestra salud son inmediatos. Esos espacios se convierten en un lugar tan sagrado como atractivo para pasar tiempo, sea en soledad o en compañía de las amistades o de la familia. "Volverás a mi huerto y a mi higuera", dice el poeta Miguel Hernández.
La antigua técnica de la horticultura vertical
Con la horticultura vertical obtenemos paredes verdes, muros vivos. El cultivo se realiza en paneles, individuales o unidos entre sí, que se suspenden verticalmente mediante las técnicas de hidroponía. Las estructuras funcionan unidas a las paredes o de manera independiente.
Los huertos verticales perduran; son una buena opción frente al uso de macetas, pues requieren menos espacio y menos mantenimiento, si bien suelen ser inamovibles. En los espacios profesionales, incluso los lugares cerrados como las oficinas o los talleres, esta inventiva ofrece un toque de frescura, novedad, exuberancia y color. Cualquier vestíbulo del lugar de trabajo viene bien: las plantas no discriminan. Los pasillos, en el hogar, no tienen por qué escapar a esa técnica.
Cultivo en las ventanas
Las repisas y los alféizares de las ventanas a menudo permiten la creación de huertos íntimos y gratificantes. El tamaño de este espacio y la cantidad de sol o de sombra que recibe según su ubicación determinan el tipo de hierbas o vegetales que cultivaremos con mayor éxito; las opciones no dejan de ser muchas.
Un huerto en la azotea
Jardines en el tejado se instalan cada vez con más frecuencia en las ciudades modernas. No solo aprovechan a los particulares; las empresas los utilizan como un recurso para administrar el espacio de la azotea y ofrecer a los empleados un lugar saludable para pasar tiempo libre.
Un enfoque práctico convierte esos espacios con facilidad en potentes huertos. De ese modo, el cultivo y aprovechamiento de las hortalizas viene a formar parte de iniciativas encaminadas a dar respuesta a retos de sostenibilidad y ambientales. En la medida en que ese tipo de huerto urbano se populariza puede ayudar a gestionar el agua de lluvia y mejorar la calidad del aire.
La azotea de cualquier casa o edificio soporta uno de esos. Claro, solo los más aventureros podrían arriesgarse en un techo inclinado. Los techos verdes se sostienen con sistemas aeropónicos, hidropónicos o con cultivo en macetas y otros recipientes. Se relacionan con las mejoras arquitectónicas, el control de la temperatura y la oportunidad de recreación; además proporcionan alimentos y hábitats para la vida silvestre. No podemos pedir más, excepto más espacio de cultivo para lograr un mayor impacto en el medioambiente.
Macetas y otros recipientes
Esa clase de horticultura es la más sencilla de nuestros Pool Fun cosejos. Es la solución cuando queremos tener un huerto urbano y carecemos de espacio. Se puede implementar en recipientes reciclados, además de la tradicional maceta. Bañeras, barriles, mesas de cultivo como las de Hortalia y otros utensilios pueden llegar a contener una sabrosa variedad de frutas frescas detrás de la puerta de la cocina, en el callejón, en los peldaños de las escaleras; en realidad en cualquier estancia de la casa o lugar de trabajo.
Las macetas son también un acompañamiento ideal en todo huerto que se precie de versátil. Podemos colocar macetas, tarros u otros recipientes de diversos tamaños en hileras o en formaciones de distinto diseño a lo largo de escaleras, en las terrazas o en el jardín.
Proyectos urbanos comunitarios
Es posible que en alguna parte de la ciudad, si miramos bien, lleguemos a ver huertas y huertos en terrenos baldíos. Esos espacios al aire libre y de cierta extensión soportan una gran variedad de cultivos, tales como el maíz, que son impensables en lugares cerrados o pequeños. Cuando la iniciativa no sea privada, podría tratarse de un proyecto comunitario o colectivo; la iniciativa de grupos de personas, a veces con la colaboración de las autoridades municipales. Inclusive puede que se trate de lo que se conoce como agricultura de guerrilla.
Con una que otra variante, si hay algo que hoy en día se llama huerto urbano es ese. Se trata de la utilización de espacios públicos o de parcelas pertenecientes a particulares para crear huertos en beneficio de la comunidad. Un colectivo siembra y una comunidad hace la cosecha. De ahí resulta una nueva estética del espacio urbano, un concepto práctico de aprovechamiento de la tierra, una conexión cercana con el medioambiente y una mayor conciencia medioambiental, así como una manera de incrementar la solidaridad. Ni qué decir de los beneficios para el ecosistema.
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